GMP es el acrónimo en inglés de “Good Manufacturing Practice” o “Buenas Prácticas de Fabricación”. Se trata de un conjunto de normas y requisitos que deben seguirse en la producción de medicamentos, dispositivos médicos y otros productos relacionados con la salud para garantizar que cumplen con los estándares de calidad y seguridad necesarios.
Las Buenas Prácticas de Fabricación incluyen una serie de medidas y procedimientos que deben seguirse durante todo el proceso de producción, desde la adquisición de materias primas hasta el envío del producto final al cliente. Estas medidas incluyen, por ejemplo, el control de calidad de los productos, la gestión de documentación y registros, el control del entorno y equipo de trabajo, y el control de las condiciones de almacenamiento y transporte.
La producción GMP es esencial para garantizar que los productos que se producen son seguros y eficaces para su uso y consumo. Se aplican tanto a la industria farmacéutica como a la industria de dispositivos médicos y se rigen por normativas y regulaciones específicas a nivel nacional e internacional. Las autoridades sanitarias de cada país son las encargadas de verificar el cumplimiento de las Buenas Prácticas de Fabricación y pueden imponer sanciones o multas en caso de incumplimiento.